MATRIZ

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8. Haciendo historia I

En la última publicación (7-Durero en su mundo – Otra introducción) se hace referencia al delineado del perfil de Durero a través del material con que se cuenta de la época en que vivió.  Sin embargo, quisiéramos corregir esa afirmación presentando a diferentes historiadores del arte, quienes no fueron sus contemporáneos pero dejaron rastro de su vida y obra. 

 La disciplina moderna de la historia del arte es el desarrollo de muchas variaciones en el tiempo, teniendo como fundamento la idea que “los objetos u obras de arte por ella estudiados, son considerados como tal, si es que son capaces de comunicar, simbolizar, expresar, o encarnar las verdades ya sea del individuo que las creó o toda una cultura.”  (Preziosi, 13).

Referencias literarias a objetos clasificados actualmente como “arte” se ha hecho desde la época de la antigua Grecia y Roma con autores como Cicerón (106-144 a.C), Plinio el Viejo (23-79 d.C.) y Quintiliano (30-100 d.C.).

Sin embargo, a partir del Renacimiento el arte deviene en un tema por derecho propio, y es la obra enciclopédica de Giorgio Vasari, el primer texto consistente y extenso que estableció las reglas de la nueva disciplina de la historia del arte, cuya influencia abarcó por lo menos los dos siglos siguientes. Es así como, el fundador intelectual de esta disciplina es considerado el artista-historiador Giorgio Vasari (1511-1574) nacido en Arezzo, perteneciente a la Florencia Renacentista.

Florencia hacia la mitad del siglo XVI (Civitates orbis terrarum). Florencia.  13ava imagen: Grabado del siglo XVI.

Vasari, quizás más conocido como escritor y teórico, fue un pintor y arquitecto destacado en su tiempo, quien como artista declara en la descripción de sus obras  “dedicó algunos estudios al diseño bajo Miguel Angel, Andrea del Sarto y otros “ (Vasari, Vol. 4, pg. 257 ) a la vez que fue una persona muy comprometida con la vida política de su tiempo, protegido de la familia de´Medici.  Escribe su obra “Vidas de los más excelentes pintores, escultores y arquitectos Italianos desde Cimabue hasta nuestros tiempos” con la intención no sólo de hacer un tratado sobre famosos artistas a pedido del Cardenal Farnese como lo escribe en su autobiografía, sino como un documento que evidencie la superioridad del arte Florentino, basándose en la ideología del humanismo. (Fernie, 10).       

 En vida del autor se hace dos ediciones de este tratado: la primera terminada en 1547, recién publicada después de su revisión en 1550, y la segunda en 1568 en la que incluye más ilustraciones; retratos de artistas descritos; otras obras relacionadas, como el Libro del Diseño, añadiendo como colofón la “Descripción de los trabajos de Giorgio Vasari”  (Vasari, Vol IV, 257).

La Tercera Parte de esta obra es la de nuestro interés, ya que añade una pequeña historia del grabado en el contenido de la vida de Marcantonio Bolognesi (Raimondi) y otros grabadores (1487-1539). (Más adelante veremos la relación de Raimondi con Durero).

Afirma que el grabado en metal o técnica del buril, fue inventado por Maso Finiguerra de Florencia alrededor del año 1460, a partir de la técnica del niello. “ Fue seguido por Baccio Baldini (1436-1515) quien copiaba los dibujos de Sandro Botticelli.  Este proceso fue aprendido por Andrea Mantegna en Roma quien grabó muchas de sus obras. De acá llega a Flandes en donde Martín Schongauer, considerado un gran pintor produjo muchos grabados enviándolos a Italia…”. (Vasari, Vol III, 69).  Unas líneas más abajo, empieza la descripción de nuestro Alberto Durero, diciendo que fue: “seguidor de Schongauer, con mejor juicio, diseño y creatividad, buscando imitar al estilo Italiano que tenía en alta estima.” Hace un recuento de algunos de sus mejores grabados en buril, así como describe el por qué Durero empieza a grabar en madera: “Al darse cuenta que el grabado en metal demandaba mucho tiempo, y contando con muchos diseños por desarrollar, Alberto, empezó a grabar en madera, que ofrece un alcance más amplio a los artistas creadores”. Esto no fue así, ya que Durero venía de la tradición del norte europeo cuyas xilografías, originalmente utilizadas como ilustraciones para libros impresos, se habían convertido en un medio de creación independiente.

Cerraré esta publicación con las siguientes palabras del Vasari:

“Si este raro, diligente y versátil hombre hubiera nacido en la Toscana en lugar de Flandes, y hubiera podido estudiar las cosas de Roma como lo hemos hecho nosotros, hubiera sido el mejor pintor de nuestra tierra, al ser el más eminente artista que los Flamencos jamás hayan producido”. 


REFERENCIA

  1. Preziosi, Donald: The Art of Art History : A Critical Anthology  New Edition.  2009. Second Edition, Oxford University Press, Oxford

  2. Vasari, Giorgio: Life of the Painters, Sculptors and Architects  1963  Revised Edition J.M.Dent and Sons Ltd. London

  3. Fernie, Eric: Art History and its methods. A Critical Anthology  1995  Phaidon Press Limited London